RARE EXPORTS: A CHRISTMAS TALE

Publicado: 20 de septiembre, 2012 en Cinema-tron

Tras narrar y experimentar la historia en dos cortos también llamados “Rare Exports”, el finlandés Jalmari Helander logró por fin, el año 2010, trasladar su historia sobre el verdadero Papá Noel a la pantalla grande con “Rare Exports: A Christmas Tale”, ganadora a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Fotografía del 43º Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya Sitges 2010. Según la leyenda que este film narra, tan querido personaje fue en realidad un auténtico demonio, un devorador de niños que, para que dejara en paz a la población, fue enterrado cientos de metros bajo tierra, erigiéndose después sobre la tumba una montaña de rocas. Ignoro la veracidad de tales mitos, pero siendo una producción de origen finlandés, algún de caso habrá que hacerle.

La cuestión es que, en la actualidad, un grupo de excavadores ajenos a tales mitos ha dado con el paradero de Papá Noel y lo ha desenterrado confinado, momentáneamente, en un bloque de hielo donde se mantiene congelado, ignorantes de la amenaza que ello implica cuando lo liberen.

Afortunadamente para la humanidad, un niño y sus más allegados están ahí para salvar la Tierra, el día, y ya de paso, la Navidad. Bienvenidos a una de las propuestas más extravagantes que la industria cinematográfica ha parido.

Desde tiempos inmemoriales, el cine de aventuras de corte infantil/juvenil (el bueno, claro) ha sido disfrutado más en edad adulta que en la que debería corresponder. Además, casos como “Los Goonies”, “Gremlins”, “Los Cazafantasmas” o “Back To The Future” son, incluso, capaces de generar algún que otro trauma en los niños, así que su visión es directamente aconsejable tan sólo a partir de cierta capacidad de raciocinio.

El caso que ahora nos ocupa se adhiere a este grupo de películas, puesto que aunque se pueda caer en el error de pensar que es para niños (al ver que el protagonista no tiene más de diez añitos), la realidad apunta en una dirección radicalmente opuesta.

De hecho, podría decirse que “Rare Exports: A Christmas Tale” es una aventura para el niño que se esconde en el interior del adulto, y de ahí la justificación de la edad de un personaje que, por cierto, no tarda en adquirir comportamientos, aptitudes y poses propias de cualquier héroe de acción.

Así pues, es desde un lugar elevado que logra apreciarse en su totalidad la gracia de la premisa, lo oscuro de algunos de sus pasajes y sobre todo, el ritmo galopante de su trepidante tramo final.

Porque bien cierto es que tras un arranque brillante, el film se ralentiza a causa de una historia dilatada en demasía, del que apenas descubrimos un par de detalles de interés (los renos, el misterioso hombre de barba y pelo blancos y largos…) en un guión lento, frío y distante. Aunque por otra parte, también es verdad que entre la total imposibilidad de saber que esperar y el deseo de que por fin se desate la locura prometida, el espectador es el primero en potenciar tales sensaciones, y que quizás en otro contexto no serían tan evidentes; sea como sea, la cuestión es que los primeros bostezos de la decepción no tardan en hacer acto de presencia.

Sin embargo, poco a poco la cosa se va enrareciendo. Personajes con mucho potencial para la maldad empiezan a poblar la película, y ésta va pisando el acelerador hasta desembocar en un segundo bloque sobresaliente, cargado de emoción y acción épica, sin atisbo de arrugamiento pese a lo disparatado de sus acontecimientos. No entro en detalles porque considero que “Rare Exports: A Christmas Tale” es una película que debe ser descubierta (y vista) por todo el mundo, pero la exquisitez (formal y argumental) a la que llega, con un montaje y entramado perfectamente hilvanados, logran que el espectador acabe agotado y entusiasmado por igual, en especial ante el tour de force de sus últimos veinte minutos.

Al final, lo que al principio no pasaba de una broma acaba resultando toda una sorpresa de dimensiones mayores a lo esperado. Quizás no sea perfecta, por algún lado tenía que salir el hecho de que sea el debut en la pantalla grande del director y que, en el fondo, el film no parezca mucho más que un corto alargado; pero por su originalísimo argumento, su notable factura técnica y, qué demonios, porque me fascinó un montón, los escasos 80 minutos de “Rare Exports: A Christmas Tale” no deberían pasar desapercibidos, sino ser vitoreados o, en su defecto, demandados para un pronto estreno en nuestro país (un ejemplo clave es «The Troll Hunter», una película que, incluso, ya había sido trasmitida por cable antes de ser estrenada en cartelera en tierras peruvianas este 2012). De momento, solo pueden ver o descargar “Rare Exports: A Christmas Tale” vía online.

Me permito una digresión: me llama mucho la atención la cabeza de ciertos escritores y guionistas, que se mueven muy bien en preciosos mundos paralelos absurdos, fuera de los parámetros normales de la narración. Por eso, a veces me pregunto ¿serán así todo el tiempo, tendrán esa cabeza en su discurrir cotidiano? Pienso en Leo Maslíah, en la música que hace, en los cuentos que escribe; o en Charly Kaufman y su estupenda trilogía «Being John Malcovich?», «Eternal Sunshine Of The Spotless Mind», y «Adaptation», o en estos finlandeses… ¿Inventarán mundos también en el supermercado, o cuando hablan con sus hijos? Bueno, de regreso al punto. Mis amigos más cercanos podrán decirles que no soy un cinéfilo particularmente culto y entusiasta, pero este film vale rotundamente la pena. Digo yo.

CODA

Los cortos que preceden a «Rare Exports: A Christmas Tale» son los denominados «Rare Exports Inc.» Son dos cortometrajes, de siete minutos uno, y diez el otro.

El primer corto, «»Rare Exports Inc.», explica el origen de la compañía Rare Exports, una empresa que entrega papanoeles reales, cada Navidad, a ciento cincuenta países del mundo. La empresa está formada por expertos cazadores que capturan a los papanoeles salvajes que viven en los bosques de Laponia; los domestican, los embalan y los exportan para que cumplan la función de ser Papá Noel en diferentes países del mundo.

El segundo corto, «The Official Rare Exports Inc.: Safety Instructions 2005» también es alucinante. Presenta instrucciones oficiales de seguridad y está dirigido a los países receptores de los papanoeles, porque estamos hablando de una bestia muy peligrosa que necesita ser desembalada con muchas precauciones.

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